Dejame ser
Déjame ser la brisa del mar en este desierto de incertidumbres, Déjame ser las hojas caducas del otoño y la lluvia de abril y el ocaso del verano. Déjame ser la cima de la montaña y que, bajo mis pies, todo se divise de colores. Déjame ser el tiempo que nunca pudiste parar pero que siempre quisiste poseer. Déjame ser la gota de agua que recorra tu mejilla y les susurre a tus labios, de nuevo poesía. Déjame ser un lunar que marque tu piel, y hacerme perenne en tu cuello, Déjame ser libre.