Una mirada única

Que ya me dan igual, la física de mis amistades, que cada acción tiene su reacción y yo pague un precio alto por las mías. Que nadie espere nunca que pida perdón por gozar, por disfrutar la vida, por ser traviesa, rebelde y atrevida. Que no, que no me avergüenzo de mis actos, que cada uno sabe lo que tiene y lo que quiere, que la psicología nunca fue mi punto, eso es para cuerdos.  Yo solo entiendo sobre la química  de los corazones desaliñados, a punto de explotar, de las emociones que aferran. Que me he pasado la vida contemplando constelaciones, y he perdido la noción del tiempo  en la astronomía de muchas pupilas. Que esta pausa que me di, no sirvió mas que  para darme cuenta  de que  supe elegir las correctas  para trasladarme a otra galaxia.

Sí tengo cara de haber roto un plato y de haber matado a una hormiga. Y de pocos amigos. Y de  pena. Y de niña. Y de loca. Y dos. Y una de mala. Cara B de: dime que esto es una broma. De mal gusto. De tacto escaso. Cara de decepción y de decepcionar. Cara de cojones. De la hostia. Cara de no saber jugar al poker. De derrota y de derrotada. Cara de santa, de puta y de tonta. Cara de no haber venido a mi entierro. Cara de haberme plantado en el altar sólo para ver una flor en un monumento. Cara de darla antes de que a alguien se le vuelva a olvidar que a una bala perdida han tenido que dispararla antes. Y abandonarla después. Irene X