S.O.S
Mi secreto pesa. Lo llevo atado al cuello como una soga que cada día
aprieta un poco más. Siento esa cuerda invisible cuando cierro los ojos y
cuando estoy en mi cuarto en la soledad de una noche que no me deja dormir. Quisiera
ser feliz pero no puedo, no puedo y le prometo a todo el mundo que quiero:
quiero ser feliz. La verdad creo que
debo pasar página, ignorar lo que me dicta mi corazón, sin embargo no es tan
sencillo renunciar, no es nada fácil olvidar que lo que sientes no se va a ir,
que se va a quedar.
Y mañana al
despertar volveré a sentir la misma impotencia y la misma angustia por seguir
sintiendo lo que siento.
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