Hermanos, pero no de sangre.
Era hora de que las cosas
fueran cogiendo un rumbo, de que apareciera esa luz al final de
este túnel oscuro y mugriento, necesitaba una esperanza, un apoyo que
me digiera "Ei pequeña, no todo está perdido, es hora de que
las cosas te salgan bien", andaba buscando algo que había perdido,
o mejor dicho, que nunca había tenido, carecía de ello y se notaba, tenía
demasiado amor acumulado, amor nunca dado, amor que tantos chicos no quisieron
y necesitaba darlo, repartirlo, necesitaba liberarme de el con una persona que
de verdad lo quisiera recibir. Parece que solo los que hemos sufrido,sabemos comprendernos y es que al resto se la sudas, a medida de que pasa el tiempo te vas dando cuenta, que aunque no quieras, cambias y los de tu alrededor cambian y vas viendo la cruda realidad, como a los que creáis tus amigos, son a los que tienes que tomar como enemigos, que nada es para siempre y quien nos hace feliz nunca es quien nos esperamos.
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