Duele(s)
Es irónico, pues creo que estas ya
demasiado lejos incluso para darte cuenta de que sigues siendo parte de las
líneas que te escribo y es que, huir sin mirar atrás sería menos complicado si
no fuese, justamente atrás, donde se está quedando todo lo que pudimos ser. Yo
no tengo, ni tuve, ni tendré, tanta fuerza como tienes tú. Yo no puedo mirar
tus fotografías sin tiritar de ganas de sumergirme en cada una de ellas. En esa
sonrisa, que me mata y me dio la vida tantas veces. Que lo que duele no es
saber que ahora le escribes a ella, sino ser consciente de que lo haces con las
mismas manos con las que un día me escribiste a mí. Ojalá hubiésemos inventado
un idioma que sólo entendiésemos tú y yo, un lenguaje que pudiera gritar en
plena noche cuando me despierta tu recuerdo y luego, morir muy poco a
poco al volver a la realidad y ver, que ahí es justamente donde ya no quieres estar.
Pregúntame por qué temo a mi subconsciente. Te diré que eres tú quien vive en
él y te diré que duele, no te imaginas cuánto duele darle la libertad para
soñarte y despertarme y ver que todo lo que acaban de tocar mis manos, no es
más que parte de una mentira demasiado amarga. Y tengo miedo a que tú no
quieras volver a leerme a mí. Ni a escucharme tan siquiera. Duele(s).Aún no sé
cómo lo has hecho, pero me has convertido en una marioneta encadenada a tus
hilos y has conseguido sublevarme a cada uno de tus movimientos. No puedo
describirte cuánto dueles. Estoy tirada en cualquier rincón de tu cuerpo,
esperando a que me encuentres para poder decirte que, jamás me he alejado de
ti, que sigo esperando que la
casualidad o el destino que un día nos unió, nos cruce de nuevo en su camino.
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