Veranos vestidos de alquitrán
No consigo escribir ni describir lo que siento, porque
realmente no siento nada. Querer seguir siendo yo y no ser nada.
Ahora
todos son turbios recuerdos, amores pasajeros, gilipollas con nombres y
apellidos, trozos de vida malgastados y un corazón desconcertado
intentando volver a latir al ritmo correcto. No queda nada de esas noches de lujuria e ilusión.
¿Cuántas
grietas más va a tener que soportar hasta encontrar a alguien que le haga sanar?
Ya no queda hueco para más puntos de sutura y este corazón apuñalado morirá
desangrado y en soledad.
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