Hoy
Dejemos que el tiempo pase, que la lluvia cubra los cristales que
nos evaden de la realidad,
Dejemos que las gotas se deslicen,
haciendo carreras entre ellas,
y corran,
y se alejen...
Y me recuerden, a todas esas personas que
como ellas, también decidieron correr,
correr en mi contra,
y alejarse, como si no quisiese la
cosa.
Algunos, llevan tantos kilómetros
recorridos que ya, ni si quiera distingo su sombra desde esta lejanía. Quizás,
debería volver a asumir, que por mucho que quiera, nunca volverán. Que esta
cadena perpetua de soledad, me sigue asfixiando cada día que pasa.
Y aún así, a veces me invaden estos rayos
de esperanza, deseando que alguien vuelva y me diga, que aún sigue ahí (y que
de verdad lo demuestre).
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