Cero pulsaciones por minuto
Y de pronto, algo dentro de mí está muriendo. Reconozco la
sensación. Un dardo lo ha atravesado de lleno. Ha dado en el centro. Lo noto,
noto como se desvanece, lentamente. Está exudando (otra vez).
Se ha despedazado como si fuese
el vidrio más fino del mundo y suena el sistema de alertas que certifica que
algo no marcha bien. Otra vez, en esta cadena sin fin, reanimando (o en
proceso).
Uno, dos, tres...Dentro.
Cero pulsaciones por minuto.
No existe impulso romántico que
ordene a este órgano a bombear. El electrocardiograma del amor no da señales de
vida.
Volveremos a probar mas tarde.
Comentarios
Publicar un comentario