Caminando por la vida
Me encanta pasear sola, me encanta ver a la gente pasar, fijarme
en los pequeños detalles de la ciudad, adoro caminar por las calles sin rumbo,
notar las baldosas bajo mis pies y ver el cielo azul. Doy largos paseos por la
villa. Me paro. Me llega la inspiración, como si el paseo hubiera servido para
recoger todo eso que había perdido.
Me apetece escribir, pero no puedo. Acabo
de fijarme en que esa casa es preciosa. Consumida por mi monotonía, nunca
he sido capaz de fijarme en la belleza del edificio. Filosofeo.
Sigo caminando, camino lento para que el
olvido pueda recordar.
Soy un caminante, de un camino y es un
tanto irónico, ya que realmente, nuestras vidas caminan en soledad y hoy, voy
sola.
Aún así, creerme si os digo que me siento
mejor sola que acompañada. Quizás, sea por el hecho de que la gente que me rodea
cada día me defrauda más, o quizás, por que después de todo, estando sola
siempre me he sentido yo misma.
No lo sé. Últimamente he decidido alejarme
un poco de la gente, ya no quedo con los de siempre. Quedar con alguien,
significa regalar tu tiempo a una persona y cambiar a los que te quieren,
por aparentar ser algo que no eres, no entra en los planes.
Por eso, preferir caminar sola siempre me
ha parecido una buena opción, realmente te estás regalando tu tiempo a ti y
sabes que, a la larga, nunca serás desagradecida contigo misma.
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